INTRODUCCIÓN

 

   Como ya hemos mencionado, existen múltiples tipos de Epilepsias, por lo que cada una de ellas requerirá unos cuidados concretos. Si que podemos afirmar que, en general, existen unos cuidados comunes a todas, que obviamente, pasan por las recomendaciones de nuestro Neurólogo, que siempre es el que tendrá la última palabra sobre como debemos proceder.

 

   Una paciente que sufra de epilepsia, debe abstenerse de realizar cierto tipo de actividades o dejar atrás ciertos hábitos que venia haciendo antes de tener la enfermedad. En estos casos, podemos hablar de pacientes que, sin haber tenido la enfermedad de niño o adolescente joven (donde es mas fácil que desaparezca por completo o que se controle bastante bien), a una persona que le aparezca la enfermedad cuando ya es adulto, que es más complicado su control, por esos mismos hábitos que, a veces, son difíciles de dejar atrás.

 

   Es por eso que debemos dejarnos llevar por los consejos de nuestro especialista, que nos va a dar las pautas correctas para tener nuestra epilepsia bajo control y poder llevar una vida de lo más normal. A continuación, os voy a dar algunos consejos generales para poder sobrellevar la enfermedad de la mejor manera posible. He de repetir que, independientemente de lo que yo ponga aquí, es nuestro especialista el que nos tiene que dar los consejos y pautas adaptados a nuestro caso concreto, por lo que lo que leeréis a continuación, solo es a mero título informativo y sin el fin de sustituir a los consejos médicos. 

 

   - ADHERENCIA AL TRATAMIENTO:

 

   - Medicamentos: Como es obvio, el tomar nuestra medicación anticonvulsiva según las indicaciones que nos haya pautado nuestro Neurólogo, es fundamental para reducir la frecuencia e intensidad de las crisis. 

 
   - Simplificar la dosis de la medicación: Si es posible, el poder simplificar las dosis de medicación puede mejorar la tolerancia. Vamos a poner un ejemplo para que lo podáis entender. Si nos pautan 150 mg. de un cierto fármaco, existen evidencias de que es más eficaz tomar una dosis al día en lugar de dos o tres dosis, es decir, tomar los 150 mg. una vez al día en lugar de 50 mg. en tres tomas o 75 mg. en dos tomas.  
 
   - Diario de crisis: Aunque no todos los pacientes lo hacen (me incluyo), es recomendable llevar un registro de las crisis, ya puede ayudar a identificar patrones y factores desencadenantes de las crisis. 

 

   - MANEJO DE CRISIS:

 

   - Primeros auxilios: Como ya hemos dicho, el saber cómo actuar durante una crisis epiléptica es crucial. Esto incluye permanecer con la persona, protegerla de lesiones, aflojar la ropa ajustada y colocarla de lado para evitar la aspiración y facilitar la respiración. 

 
   - Evitar factores desencadenantes: El poder identificar y evitar los factores que pueden desencadenar nuestras crisis (como la falta de sueño, el estrés, el consumo de alcohol y drogas o la exposición a luces intermitentes), hará que nuestro día a día sea más llevadero, además de reducir de forma considerable los riesgos de padecer una crisis.  
 
   - Seguridad en el hogar: En la medida de lo posible, es recomendable el poder adaptar el entorno de nuestro hogar para minimizar los riesgos, como utilizar hornos microondas, mantener los cuchillos guardados y usar la ducha en lugar del baño. 
 
   - Actividad física: Realizar ejercicio de forma regular, evitando deportes de riesgo, puede ayudar a mejorar el control de las crisis. 
 
   - Sueño: Es muy importante el mantener un horario regular de sueño (oscila entre las 7 y las 9 horas de sueño) y practicar una buena higiene del sueño es esencial. Hay ciertos fármacos antiepilépticos que pueden provocar (no siempre y a todos los pacientes por igual), ciertas alteraciones en el sueño. Si es así, se debe consultar con el médico, para que nos ayude. Lo que esta claro es que debemos tener un descanso reparador para poder tener el control de la epilepsia. 

 

   - ASPECTOS PSICOSOCIALES:

 

  - Apoyo emocional: Buscar apoyo emocional de familiares, amigos o grupos de apoyo o asociaciones, puede ayudar a manejar el impacto psicológico de la epilepsia. Siempre es muy positivo que, además de nuestros familiares o amigos, nos podamos apoyar en asociaciones de pacientes con la enfermedad, ya que cada uno tendrá un punto de vista y nos será de ayuda para ir afrontando nuestra epilepsia de una mejor manera.

 
   - Educación: Aprender sobre la epilepsia y su manejo puede empoderar al paciente y mejorar su capacidad para controlar la enfermedad. Como hemos hablado en alguna otra sección de esta web, la falta de información, ya sea incluso de nosotros mismos para con nuestra propia enfermedad, puede crearnos cierta inseguridad y hacer que manejemos mal ciertas situaciones.
 
   - Salud mental: Aunque ya hemos hablado de que la Epilepsia no es un problema mental, sino un trastorno neurológico, debemos de prestar atención a la salud mental (como desencadenante), ya que una mala gestión por nuestra parte de la enfermedad, puede hacer que se presenten problemas como la depresión o la ansiedad. 

 

   - RECOMENDACIONES ADICIONALES:

 

   - Evitar situaciones de riesgo: Obviamente, debemos de evitar trabajos peligrosos o actividades que puedan desencadenar crisis, como bucear o escalar. Esto se debe a que podemos provocarnos a nosotros mismos una situación de hiperventilación (respiración rápida sin capacidad de recuperar el aliento), que es, como decimos, uno de los desencadenantes de las crisis.

 
   - Comunicación: Es muy importante y necesario informar a nuestros familiares, amigos y compañeros de trabajo sobre la epilepsia y cómo actuar en caso de una crisis. Es de lo que hablábamos de educar sobre la epilepsia y sobre las crisis convulsivas en los centros de trabajo.
 
   - Control médico: Es muy necesario el mantener un seguimiento regular con el neurólogo para evaluar el control de las crisis y ajustar el tratamiento (si fuera necesario).
 

CONCLUSIONES

      
   El mejor Autocuidado que podemos tener los pacientes con Epilepsia, es conocer y aceptar nuestras limitaciones. Es muy importante este punto, pues si sabemos los límites que tenemos o, mejor dicho, tenemos claro lo que podemos y no podemos hacer, va a despejarnos mucho el camino a la hora de afrontar las piedras que nos vayamos encontrando en nuestro camino.
 
  En función de esas limitaciones, podremos hacer unas cosas u otras. El paciente, por ejemplo, que tenga las crisis controladas, siga las recomendaciones de su médico de forma correcta, pues podrá realizar más cosas que otro paciente que no se encuentre en esa tesitura. Es posible que el segundo paciente, aún siguiendo todas las recomendaciones, por motivos ajenos a él (no tolerar el tratamiento), pues no pueda realizar ciertas cosas que el primer paciente si podrá hacer.
 
   Hablamos principalmente de hacer deporte, conducir vehículos, ir a discotecas, etc. Un paciente que no tenga controladas sus crisis, pues no podrá hacer ciertos deportes que pongan en peligro su integridad. Tampoco podrán conducir un vehículo, porque podrían tener un accidente. Si el paciente es Fotosensible (sensibilidad a las luces intermitentes), pues no podrán ir a la Discoteca, porque los destellos de luces que allí se producen podrían desencadenarle una convulsión.
 
   Por supuesto, es muy importante que los pacientes con Epilepsia, no ingieran alcohol, ya que es una combinación letal, pues éste interacciona con los fármacos antiepilépticos, haciendo que se reduzca su eficacia y además, se potencien los efectos secundarios. El abuso de las bebidas alcohólicas puede también provocar convulsiones en personas que no tengan antecedentes de Epilepsia. Ya hemos hablado que, entre otros, el alcohol es un desencadenante de convulsiones en una persona sana. 
 
   En resumen, tenemos que ser conscientes de lo que nos hace bien y lo que no y actuar en consecuencia. En última instancia, deberemos de acudir a nuestro médico para que, en caso de duda, nos pueda aconsejar lo mejor para nuestra salud. 
 
   Espero que la información aportada os pueda ayudar lo máximo posible.
 
   Un Saludo!!!