La epilepsia en la mujer adulta, al igual que ocurre con la mujer adolescente, hay diferentes factores fisiológicos a tener en cuenta a la hora de tratar la enfermedad con total seguridad y, para que la paciente, pueda tener una buena calidad de vida. Para ello, debe tener en cuenta que necesita conocer ciertas relaciones, como es la menstruación y el ciclo de las crisis epilépticas y los anticonceptivos y la toma de antiepilépticos.
Estar bien informada de estas relaciones, va a desembocar en tener una vida saludable y activa, además de ayudarle a llevar el tratamiento de la epilepsia en perfectas condiciones. Vamos a ver con más detalle la información de la que hemos hablado, para conocer más de cerca como hay que actuar en cada caso. Los puntos que vamos a ver a continuación, ya los vimos en la sección de la epilepsia en adolescentes, pero aquí vamos a ampliar un poco la información y añadiremos la Menopausia a la ecuación.
EPILEPSIA Y MENSTRUACIÓN EN LA MUJER ADULTA
El tiempo transcurrido entre dos menstruaciones se denomina ciclo menstrual. Algunas mujeres notan una relación entre su ciclo menstrual y la frecuencia de crisis epilépticas. A la epilepsia en la que la frecuencia de crisis cambia según el momento del ciclo menstrual se le denomina Epilepsia Catamenial (ya mencionada en la mujer adolescente).
Hay dos tipos principales de Epilepsia Catamenial:
. Aquella en la que las crisis suceden con más frecuencia justo antes o durante los primeros días de la menstruación.
. Aquella en la que las crisis suceden con más frecuencia en el momento de la ovulación.
No se sabe exactamente por qué el ciclo menstrual tiene efecto sobre las crisis epilépticas:
- Por los niveles hormonales:
Puede deberse a que las cantidades de algunas hormonas en el cuerpo de la mujer cambian durante el ciclo menstrual. Las hormonas son sustancias químicas que produce el organismo. Dos tipos de estas hormonas, los estrógenos y la progesterona, pueden afectar a la excitabilidad del cerebro.
Los estrógenos favorecen la aparición de crisis, y la progesterona tiene un efecto anticonvulsivo (hace que se produzcan menos crisis). Durante la primera mitad del ciclo menstrual, el cuerpo femenino produce estrógenos. Después de la ovulación (que ocurre aproximadamente a la mitad del ciclo menstrual), el cuerpo empieza a producir progesterona además de estrógenos.
- Por los niveles farmacológicos:
Puede ocurrir que inmediatamente antes del periodo los niveles de antiepilépticos en la sangre sean menores, y esto favorecería la aparición de crisis epilépticas. Las razones de esta caída de los niveles de fármacos en sangre no se conocen con exactitud.
- Por la retención de líquidos:
Alrededor de la menstruación muchas mujeres experimentan retención de líquidos. Puede que estos cambios también favorezcan la aparición de crisis.
Si crees que la frecuencia de tus crisis depende del momento del ciclo menstrual, habla con tú médico y anota en el diario de crisis cuándo ocurren las crisis y cuándo ocurre la menstruación.
Si tú médico cree que puedas padecer una epilepsia catamenial, puede recetarte algún fármaco antiepiléptico extra para tomar los días de la menstruación o de la ovulación. Si él lo considera necesario, también puede realizarte un estudio hormonal o un análisis para ver cómo son los niveles de tus antiepilépticos en sangre justo antes de la menstruación.
EPILEPSIA Y ANTICONCEPTIVOS
Siempre hay que Informar al médico sobre los métodos anticonceptivos que usamos. Hable con su médico antes de empezar a tomar píldoras anticonceptivas, implantes hormonales o inyecciones hormonales anticonceptivas. Pueden haber interacciones entre las hormonas (estrógeno y progesterona) contenidas en los anticonceptivos y los medicamentos que usas en tú tratamiento. Algunos fármacos antiepilépticos aceleran la descomposición de las hormonas anticonceptivas en el cuerpo haciéndolas menos eficaces, y podrías quedar embarazada.
En ese caso puede que necesites tomar píldoras anticonceptivas con una composición diferente (con mayor cantidad de estrógenos), o incluso combinar la píldora con otro método anticonceptivo (por ejemplo un preservativo). En el caso de que utilices implantes o inyecciones hormonales, puede que tengas que recibirlos con más frecuencia.
También puede suceder lo contrario; que las píldoras anticonceptivas pueden disminuir los niveles en sangre de algunos fármacos antiepilépticos, y pueden afectar a la frecuencia de crisis. Por eso debes comunicar a tú médico si tus crisis son más frecuentes después de empezar a tomar algún anticonceptivo hormonal.
Si deseas quedarte embarazada, consulta este apartado "Embarazo en pacientes con epilepsia". Aquí vas a encontrar con detalle los pasos a seguir para llevar un proceso seguro, eficaz y, sobre todo, que no te afecte a ti ni a tu futuro bebé.
EPILEPSIA Y MENOPAUSIA
Debido a los cambios hormonales que suceden en la menopausia, la frecuencia de crisis puede cambiar en algunas mujeres (pueden tener más o menos crisis). Debes comunicar siempre a tú médico cualquier cambio en la frecuencia de crisis. Las mujeres, tras la menopausia, tienen más posibilidades de padecer osteoporosis. Las mujeres con osteoporosis tienen huesos más frágiles y pueden sufrir fracturas con facilidad. Algunos fármacos antiepilépticos pueden empeorar la osteoporosis.
Algunos de los síntomas asociados a la menopausia (sofocos, sequedad vaginal, etc..) se pueden tratar con preparados hormonales que contengan estrógenos. Estos compuestos también pueden ser útiles para frenar la osteoporosis. Sin embargo, algunos de estos preparados no son adecuados para mujeres con epilepsia y pueden empeorar las crisis. En otros casos, se puede necesitar una dosis mayor. Consulta a tú médico.
En general, estos son los puntos importantes a tener en cuenta, pues los desencadenantes de la enfermedad, los tipos de epilepsia, los tipos de crisis, el como se va a diagnosticar la epilepsia y los tratamientos quirúrgicos, van a ser prácticamente iguales que en un hombre adulto. Las salvedades, son las que ya hemos hablado y, que han estado centrados en esos detalles fisiológicos, que aparecen en exclusividad en las mujeres.